✧✧✧ Esa misma noche, pero en New York, Estados Unidos. ✧✧✧
El cielo nocturno cubría Manhattan. Los enormes ventanales del penthouse de Alphonse Ainsworth dejaban ver el movimiento de la ciudad… muy distinto al silencio gélido dentro del departamento.
La sala principal estaba bañada por la luz tenue de algunas lámparas.
El hombre de ojos dorados estaba sentado en el sillón gris oscuro, con la postura elegante y el porte arrogante que siempre lo caracterizaba.
Chss~
Tomó una calada de su cigarrillo.
El humo subió lento, formando una nube suave entre él y el invitado sentado al frente.
Roland Black.
El abogado principal de los Ainsworth.
Ese hombre alto, de expresión seria, sin una sola arruga fuera de lugar en su traje negro. Se encontraba con el portafolio apoyado a su costado, mirando directamente a Alphonse, con una frialdad profesional que no se rompía por nada.
Alphonse entrecerró los ojos, exhalando el humo.
—Supongo que no viniste a charlar —dijo él, con ese tono géli