Capítulo 05: Llámame tía.

En el interior de la mansión, en el salón de eventos. La música suave de una orquesta contratada, resonaba en el aire con elegancia.

Murmullos de conversaciones y risas entre los invitados, que eran los familiares más cercanos y el círculo de confianza más íntimo del CEO, llenaban el ambiente…

Hasta que…

Clack~

Uno de los porteros se acercó con manos enguantadas de blanco, y abrió las puertas dobles de madera.

El CEO de fríos ojos grises hizo su entrada, escoltando del brazo a la belleza rubia, que sonreía con labios color cereza, y un deslumbrante vestido color champagne.

¡¡¡CRAAAAAANK!!!

¡De inmediato el sonido de una copa que cayó al suelo y se quebró, resonó en el salón!

—¡¡¡QUÉ DEMONIOS!!! —El grito de Alphonse Ainsworth cortó la música de golpe, sumiendo el salón en un tenso y absoluto silencio.

Rosalind junto a Donovan, apretó su brazo con un poco más de fuerza, con su corazón latiendo aceleradamente, y sus ojos azules clavados en los dorados de su jefe… Su ex.

Sabía que volvería a verlo allí, pero el miedo la había invadido más rápido y con más fuerza de la que esperaba.

De repente, sintió que le flaqueaban las piernas y una cálida corriente la envolvía por la cintura. Entonces, la envolvieron en un abrazo cálido y fuerte.

Miró a Donovan con impotencia. El hombre la miró, con una sonrisa en los labios, sus ojos profundos e insondables.

—Confía en mí.

Sintió una fuerza invisible surgir de su interior. No estaba sola, podía lograrlo.

Rosalind cerró los ojos, respiró hondo tres veces y luego los abrió de nuevo. 

Levantó la barbilla, altiva, y volvió a ver hacia Alphonse.

—¡¿ROSALIND, QUÉ DEMONIOS HACES AQUÍ?! —gritó Alphonse, su rostro se tornó rojo de furia, resaltando las venas en sus sien, y curvando sus labios en una mueca que mostraba sus dientes—. ¡Y tú… Tío! ¡¿Qué está pasando?! —preguntó ese hombre. Clavando su mirada en él…

Donovan Ainsworth, su tío, y cabeza de la familia.

Ese imponente CEO, volvió a verlo, su mirada cortante y firme, causó un titubeo en Alphonse, su sobrino, que de inmediato retrocedió un paso, y apretó sus manos en puños llenos de ira apensa contenida.

¡ALPHONSE NO ENTENDÍA QUÉ CARAJOS PASABA!

¡¿Qué hacía su amante secreta con su tío, en una fiesta tan íntima e importante de la renombrada familia Ainsworth?!

Donovan rodeó la cintura baja de Rosalind con un gesto sutil, posesivo y tan íntimo que le causó un escalofríos a la mujer. Sintiendo como si su piel quemara bajo el vestido, justo donde la mano grande de ese hombre la tocaba.

Él volvió a ver hacia los invitados, los músicos, el salón, su fiesta. Y nuevamente, volvió a clavar sus ojos grises en su sobrino.

—Queridos invitados —su voz, grave y clara, resonó en el silencio —. Tengo el honor de presentarles a mi esposa, la señora Rosalind Ainsworth.

¡¡¡TODOS EN EL SALÓN QUEDARON IMPACTADOS!!!

¡NO PODÍAN CREERLO!

Se escucharon murmullos, susurros leves, algunos otros invitados en shock.

¡¿El CEO Ainsworth, presentaba de la nada a una esposa?!

En la mesa familiar, doña Jacqueline Ainsworth, madre de Donovan, soltó su copa del impacto de la noticia, la copa cayó sobré la mesa provocando un desastre, que la llevó a reaccionar limpiando con la servilleta de tela.

"¡No puede ser! ¡¿Quién es esa mujer y porqué está con mi hijo?!"

Pensó fríamente la mujer, viendo a Rosalind como una potencial amenaza, como un insecto que debía ser pisoteado cuanto antes.

Por otro lado, Alphonse volvió a ver a los invitados. Unos comenzaron a aplaudir y llenar de felicitaciones a la pareja, cada vez eran más los que se unían al festejo.

—¡No! —exclamó Alphonse. Como si estuviera viviendo una pesadilla, los invitados curioseaban la escena—. ¡Esto es imposible, ella es…!

—Alphi —la voz de su tío, le cortó las palabras de golpe—, ¿dónde están tus modales y tú educación?

El salón se volvió a llenar de murmullos hacia Alphonse, que ahora estaba rojo… ¡Pero de pena!

El CEO Ainsworth. Volvió a ver a su esposa, se inclinó ligeramente hacia ella, y le habló con un tono suave, pero lo suficiente alto, para que todos lo escuchen.

—Mi amada esposa. Este es el hijo de Raphael, mi difunto hermano mayor. Puedes decirle: Alphi~ —hizo Donovan un gesto con su mano hacia Alphonse.

¡¡¡ALPHONSE HIRVIÓ DE RABIA!!!, Se mantuvo inmóvil, viendo a su tan odiado tío, tomando de la cintura con atrevido dominio a su mujer… ¡A la que él creía suya! ¡Únicamente suya! ¡A su Rosalind Taylor!

—Alphi ¿Por qué sigues ahí parado?, ven a saludarla apropiadamente, y darle la bienvenida a la familia Ainsworth.

Rosalind sonrió, hermosa, radiante, como una rosa que volvía a florecer. El sonido de sus tacones resonaron sobre el mármol del salón.

Tap~ Tap~

—Rosalind, te amo. ¡Sé mi novia!

—Me casaré contigo, mi amor, pero espera un poco más.

—¿No te dije que no me esperaras a comer?

—Hoy tengo una reunión y no voy a volver.

—¿Se acabó? ¿Crees que puedes decidir cuándo termina esto, Rosalind?

—Tú eres mía, me perteneces y eso NUNCA cambiará. 

—Ella solo es mi futura esposa, pero te amo. Por eso, quédate a mi lado.

—¿Quieres que cancele ya mismo los tratamientos de tu hermano?

Por fin se detuvo ante el hombre al que una vez había amado profundamente, encontrándose con la furia y el odio en sus ojos.

Debería haber terminado hace mucho tiempo.

Levantó la mano, con una mirada totalmente fría.

—Llámame tía. Alphi~ 

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP