«Llámame tía.»

Las palabras resonaban en la mente Alphonse Ainsworth.

Su mujer… ¡Su m@ldita mujer en brazos de otro hombre!… Otro hombre… ¡que era su tan odiado tío!

Alphonse apretó sus manos en puños. Tensó su mandíbula, conteniendo las palabras que quiso decir al ver cómo Rosalind se aferraba al cabeza de la familia Ainsworth.

Ver cómo su tío posaba su mano en la cintura baja de ella, con posesividad, con descaro, dejando claro que ella… Ahora era suya.

"¡PERRA! ¡¿Desde cuándo te acostabas con él a mis espaldas y me querías hacerme sentir mal, por un compromiso obligado?!"

Pensó Alphonse.

—Queridos invitados —resonó el tono grave y masculino de ese CEO en el salón. Absolutamente todos, prestaron su total atención—. Parece que la reunión de esta noche, ha finalizado.

Con esas palabras, el CEO Donovan Ainsworth, se marchó, escoltando del brazo a su esposa, Rosalind.

La mujer rubia iba sintiendo todas las miradas en ella. Sentía que la analizaban, que la juzgaba