Emma
Me desperté sintiéndome mucho mejor, el pie me había dejado de doler y ponerlo en el suelo ya no era tan doloroso.
Vi a mi lado y encontré al hermoso de James, su piel trigueña, su rostro con una pequeña creciente barba, sus musculosos brazos y sus piernas estaban enrollados en una sábana, tenía una buena visión porque duerme en sus Calvin y sin camisa, así que todo queda al descubierto, bueno casi todo.
James se veía tranquilo sus castaños colochos caían sobre su rostro, amo despertar y ver esto en las mañanas definitivamente deseo ver esto todas las mañanas. Me quedé mirando.
—¿Te gusta la vista, nena?— preguntó en medio de un gruñido.
— Amo esta vista, después de un día duro o de una noche tranquila.— dije en su oído.
—Amaneciste de buen humor.— Me besó en la frente. —Voy al baño.—Antes de entrar