CAPÍTULO 28. SABOR A MUJER
—Vamos a la casa —Carlos Alejandro expresó con seriedad, abrazando a Rosa Lilia para llegar al interior, todos lo hicieron en completo silencio, solo que Daniela y Danilo entrelazaron sus manos de cada lado a Briana, percibiendo un ligero cambio en su actitud.
Al ingresar el señor Arango ayudó a Lilia a llegar a su habitación, caminando despacio.
—Voy a solicitar que te suban un té —indicó.
—Gracias —comentó limpiando las lágrimas de sus mejillas.
— ¿Necesitas algo más? —preguntó antes de salir.
—Tu compañía —contestó liberando un par de lágrimas.
—Vuelvo en seguida —contestó, saliendo de ahí. Al llegar a la cocina, observó a sus hijos con una taza de chocolate caliente sobre la mesa, estaban en silencia algo raro en ellos. Buscó a Briana por ahí, pero no la encontró y observó a Eleonor hablando con Joaquin, tomó asiento con los mellizos, se les notaba preocupados.
Carlos Alejandro tomó la taza de Daniela y bebió un sorbo.
—Está delicioso —manifestó. — ¿Por qué no lo toman? —inquirió.