"¡Corte! Tomen un descanso, buen trabajo" exclamó el director sacándolo de su ensoñación con nombre y apellido, Amelia Blake para ser exactos. 

Personas del equipo de producción se acercaron a colocar un abrigo sobre los hombros y extenderle una botella con agua a la actriz, la cual, hacía el papel de Devon, una joven viajera que ansía descubrir sensaciones nuevas, en una búsqueda desesperada por descubrir los misterios de la inmensa sabana africana. Se encontraban en Serengueti, una zona protegida de África perfecta para desarrollar la compleja historia.

"¡Scott, reacciona!” Exclamó Jean, el diseñador de vestuario, chasqueando los dedos frente a su rostro en un gesto, a su parecer, invasivo. “Tenemos dos tomas importantes, ten” le extendió dos fundas de vestuario que protegían la ropa, la etiqueta de personaje señalando el nombre de Devón. “Asegúrate de que esté bien y avísame.”   

Parpadeó un par de veces para aclarar sus ideas. Últimamente se perdía demasiado en sus pensamientos, se suponía que al ser el asistente personal de Amelia debía estar un paso por delante con estas cosas, pero era un completo caos. Se encaminó a la caravana que se encontraba un tanto alejada en comparación con todas las demás ya que Amelia pidió ‘privacidad’, sin embargo, eso era mucho pedir tomando en cuenta que personas del staff debían estar constantemente entrando y saliendo. 

  

Ahora mismo él era participe de dicha invasión. 

Entró y comenzó a revisar las prendas del vestuario, cerciorándose de que todo estuviera en orden. Acomodó los accesorios y se aseguró de que todo estuviera en su lugar para cuando Amelia entrara, era un poco maniática con el orden, pero afortunadamente él también. 

La mencionada azotó la puerta al entrar y se desplomó en el pequeño sofá a un lado. Dejó salir un pesado suspiro de cansancio, pasando sus delicadas manos por su rostro en un gesto de frustración. 

"Estoy cansada de él, en serio no puedo" susurró casi para sí misma, como si la presencia de Scott fuera completamente irrelevante. 

"¿Perdón?"  

"¡Kyle! Estuvo todo el rodaje fastidiando, no puedo trabajar con alguien tan infantil" mencionó casi derrotada, negando con la cabeza. 

"¿Has intentado hablar con él?" preguntó Scott para después sentarse con cautela a un lado de la actriz.  

“Sí, lo he intentado, hasta llegó a pedirme disculpas por los comentarios desubicados, pero sigue sin cambiar, ya no sé qué hacer.” 

Amelia tomó su botella de agua y bebió un sorbo para luego volver a taparla y aventarla a un lado en el sofá. 

"Ya sé..." Dijo chasqueando los dedos. "Tú podrías hablar con él, es tu responsabilidad que me sienta cómoda."  

Las cejas de Scott se escondieron debajo del cabello sobre su frente. Tenía toda la razón, sí, pero, aun así, era algo que no quería hacer.

"C reo que deberías enforcarte en el rodaje, ya está por terminar y no estaría bien hacer problemas justo ahora, Amelia." 

"No, no y no, estoy cansada de sus actitudes inmaduras en el set, ¿acaso no lo has visto?" 

Efectivamente, todos eran conscientes de la personalidad de Kyle, fastidioso y arrogante, siempre haciendo comentarios fuera de lugar en los momentos menos indicados. Un ejemplo de ello fue hace unas cuantas semanas atrás cuando se grababa una escena que requería de contacto visual, los personajes principales (Devon y Isaac quien era su guía) debían tomarse de las manos, luego Kyle, o en este caso Isaac, tenía que susurrar algo al oído de Devon, quien dejaría caer una lágrima solitaria con el ocaso bañando su delicado rostro, una escena que contrastaba lo cliché de una escena de amor con lo complicado del terror, dejando a la imaginación la confesión de Isaac aunque la mirada de Devon explicaba mucho. 

“Creo que tu maquillaje se está derritiendo.”  

Honestamente había sido gracioso, pero para nada profesional.  

"Entonces, ¿vas a ayudarme?" preguntó bajito con ojos de cachorro. 

"Está bien, Amelia, pero puedo apostar a que será inútil" suspiró y se puso de pie alisando su pantalón con las palmas de sus manos. 

"¡Gracias! ¿Qué haría sin ti?" 

Muy buena pregunta. 

Extrañamente Scott creía saber la respuesta.