«¿De verdad tuve sexo con él? ¡Oh, Dios! ¡¿Qué hice?!»
―Amara, de hecho, eres una chica muy lujuriosa. Anoche me sedujiste con mucha experiencia. Grabe una parte, ¿quieres ver?
Estas palabras cayeron como un saco de piedras en su estómago, su cara se volvió roja y todo su cuerpo se volvió rígido.