ANGELINE
La madre de Ananda no quiso hablar mucho, y creo que ahí hay algo.
El primer día de este juicio ya había pasado y todos estábamos muy conmocionados con el rumbo que tomaron las cosas. Hoy iba a pasar la noche en casa de Aylla, Rafael no paró de llamarme desde que salimos de allí.
— Estaba pensando en salir a cenar — comento con Aylla mientras peino el cabello de Eloise.
— Entonces... ¡No podemos! — me extraña la forma en que lo dijo.
— ¿Por qué estás así? — ella pasa la mano por el cabello de mi hija.
— Ise, ¿vamos a despedirnos de papá? — toma a la niña y se dirige hacia la puerta.
— ¿De qué estás hablando? — Aylla se detiene en medio de la sala mirándome fijamente.
— ¿Qué pasó? — aparece con la cara toda arrugada.
— No sé — ella abre la puerta, Rafael y Lion están apoyados en el coche, al verme él comienza a caminar apresuradamente.
— Angel... — pasa las manos por mi cabello — Te amo.
— ¿Qué está pasando? — Él besa la parte superior de la frente de Eloise.
— ¿Lion? — Ananda