ANGELINE
La sensación de tener a mis hijas nuevamente en mis brazos fue indescriptible. Sabía que había tomado la decisión correcta. Estaba en casa, donde pertenecía, con las personas que más amaba en el mundo.
La noticia de mi embarazo trajo alegría y emoción para todos. Rafael se quedó sin palabras, con lágrimas en los ojos, mientras nuestras hijas saltaban de alegría al saber que tendrían un nuevo hermanito.
Nuestra casa estaba llena de risas y felicidad nuevamente. Fue como si una nube oscura hubiera sido finalmente levantada, permitiendo que el sol brillara de nuevo.
Sin embargo, sabía que aún teníamos desafíos por delante. Jack y sus aliados estaban ahora tras las rejas, pero las cicatrices que ellos dejaron aún estaban allí. Teníamos que aprender a vivir con ellas, a sanar juntos.
Pero yo tenía fe. Fe en mi familia, en nuestros amigos, en nosotros mismos. Pasamos por mucho, pero logramos superarlo. Sabía que, no importara lo que sucediera, lo superaríamos juntos.
Y así, con el