“Tatum, por favor… No es nada“, responde Leila, apretando el teléfono contra su pecho, con manos temblorosas y los ojos llenos de miedo ante la rabia en la voz de Tatum.
Ni siquiera ha leído el mensaje de Kelvin para saber de qué se trata, pero no quiere tener ningún problema con Tatum por su culpa.
Después de la reciente pelea que tuvieron por culpa de Kelvin, Tatum pasó de apenas fijarse en ella y dedicarle todo su tiempo a Carmela a mostrarse completamente frío con ella, a veces incluso ignorándola a propósito.
Por mucho que esté enfadada con él, por mucho que odie cómo están las cosas entre ellos, poder seguir hablando con él, seguir pasando un poco de tiempo con él, estar en su presencia y deleitarse con su olor, son estas pequeñas cosas las que le dan algo de cordura en su mundo de locos.
No importa la poca atención que le preste ahora, ella la aprecia mucho; no quiere que se la quite por sus ideas equivocadas sobre su relación con Kelvin.
“Pensé que había sido cla