Al día siguiente, Leila se dirigió al palacio para responder oficialmente a la convocatoria de Antonio. Preferiría estar buscando a Amara o a Tatum en ese momento, pero era importante que viera a Antonio también.
Lo último que quería era darle una excusa para que le impusiera legalmente cualquier tipo de castigo a ella o a su manada utilizando su desobediencia como pretexto.
“Declara tu propósito”, le dijo un guardia de aspecto rudo, un tipo tan alto como una montaña, que se le enfrentaba en la puerta.
“He venido a ver al rey por su convocatoria. Soy Leila Cromwell, Luna de la manada roble de sangre”, respondió ella mientras miraba fijamente las puertas altas e imponentes.
El guardia gruñó y sus ojos cambiaron de color, lo que indicaba que se estaba comunicando a través del enlace mental, posiblemente para confirmar si realmente había sido convocada por el rey.
“Espere aquí”, dijo el guardia mientras fruncía el ceño, antes de atravesar las puertas y entrar en la caseta de vigila