Trent se burló: “No le temo a la muerte. Todos moriremos algún día y, tal como yo lo veo, las cosas le salieron bastante bien a Carmela al final gracias a mis acciones. Ella es la reina del reino. Ese es un poder que tú nunca podrás saborear y no hay nada que puedas hacer para derribarla de allí”, se rio entre dientes de forma siniestra.
“Eres tan patético e ingenuo que ni siquiera ves que ella vive en una burbuja que puede estallar en cualquier momento. Tiene una soga amarrada alrededor de su cuello, lista para ser tirada en cualquier momento, y con esa mentira sobre su cabeza, estoy segura de que ni siquiera puede dormir tranquila por la noche. ¿Por qué querría yo impedir que mi enemiga tuviera una vida eterna de miedo y sufrimiento?”. Leila se burló con indiferencia. “Por supuesto, debería seguir viviendo su vida de miseria en el palacio”.
“¡Tonterías! Como si tú no hubieras querido al rey para ti en algún momento. Admítelo Leila, estás celosa de que ella viva una vida de lujo que