Los ojos de Carmela se llenan de lágrimas mientras mira de Tatum a Leila antes de fruncir el ceño y marcharse enfadada.

Tatum la mira alejarse antes de volverse hacia Leila con una sonrisa en los labios y frotándose las palmas de las manos.

"Ahora que eso está solucionado, ¿qué tal si nos unimos a la fiesta?".

"¿Y quién dice que estás invitado?". Leila levanta una ceja.

"¿Qué quieres decir? Me acabas de invitar", responde Tatum con una sonrisa burlona. "Estaba yo solo cuando me llamaste".

"Sí, para sacar a Carmela de aquí, no para la fiesta", responde Leila, apartando su lobo, odiando cómo lo único que puede oler ahora mismo es el aroma de Tatum, refrescante, reconfortante y, lo peor de todo, embriagador.

Hasta que se complete el rechazo, su lobo aún tendrá fragmentos de sentimientos por el de él. Ella realmente necesita que él lo acepte.

"¿De verdad?". Tatum acorta la distancia entre ellos, sus ojos buscan profundamente en los de ella.

"Sí", responde Leila, alejándose de Tatum