"Jodet-".

Antes de que el rebelde pueda pronunciar las palabras, su cabeza rueda hasta los pies de Leila, sus ojos sin cuerpo reflejan la sorpresa que Leila tiene en los suyos mientras su corazón da un salto.

¿Cómo se ha movido tan rápido el misterioso hombre? Cómo se mueve tan rápido sin transformarse, ella ni siquiera puede verlo, solo el manchón de su atuendo blanco mientras destroza a los tres restantes.

Escucha sus gritos siendo interrumpidos antes de que sus cuerpos caigan al suelo, sin cabeza y sin vida.

"¡Joder, malditos bastardos!". Grita el hombre misterioso.

"Mierda, no puedo creer que me han manchado de sangre la puta manga, no en las putas mangas, idiotas", patea a uno de los hombres en el suelo antes de girarse de repente hacia Leila como si acabara de darse cuenta de su presencia.

"Oh... joder, lo estoy haciendo otra vez, ¿no? Ya ves, no soporto la sangre, no sobre mí", dice mirando con desprecio a los cadáveres.

"¿Quién eres?", pregunta Leila en tono cuidadoso.