EN EL PASADO
HACE TRES AÑOS—TRES DÍAS DESPUÉS DE LA FIESTA
Estoy junto a mi auto, estacionado frente al apartamento de Beverly. Me entretengo con las llaves del auto mientras espero con la respiración contenida a que salga. Será la primera vez que la vea desde esa noche y, si pudiera evitarlo, lo haría. Pero no puedo. Lo he alargado demasiado. Le he mentido repetidamente diciéndole que estoy ocupado cada vez que me pide reunirnos. He evitado verla porque me siento demasiado culpable para mirarla a los ojos. La culpa me está carcomiendo tanto que ya ni siquiera puedo dormir bien.
Ahora, ya no puedo huir de mi responsabilidad. Tengo que confesarle lo que hice esa noche. La amo y la he lastimado, es justo que ella lo sepa ahora antes de que sea demasiado tarde. Beverly sale de la casa minutos después, radiante de felicidad y tan hermosa como siempre. Se me retuercen las entrañas al pensar en esa hermosa sonrisa desvaneciéndose tan pronto como le cuente lo que he hecho. Odio verla sufrir,