Ya me encontraba aterrizando en Alemania, cuando bajé del avión tuve que cubrirme bien con mi abrigo porque hacía un frío del demonio y lo último que quería era resfriarme.
- ¿Señorita Morelli? - Un hombre alto de unos 40 años con un buen traje me llama.
- Sí, soy yo.
- Vengo de parte del señor Giordino. Yo la llevaré a la casa del señor Luciano. - Solo asiento y él toma mi maleta subiéndola a un auto. El hombre maneja durante unos 20 minutos hasta que llegamos a una casa enorme pero muy hermosa con un estilo rústico.
Una señora me recibe en la entrada de la puerta y unos hombres toman la maleta.
- Buenos días, señorita Morelli. Mi nombre es Jenny y soy la ama de llaves.
- Gracias, Jenny. Y puedes llamarme Gabriella o Gaby.
- Está bien, Gaby. Bueno, el señor la espera en el despacho así que sígame. - Camino detrás de Jenny pero no dejo de observar cada detalle de la casa. Todo es demasiado hermoso. Llegamos a una puerta grande y Jenny me indica que pase.
- ¿Hola? - Observo el despacho