ANDROMACA
Me ruborizo cuando nuestras miradas colisionan y sonreímos cómplices después de lo sucedido, estamos en un restáurate con el abuelo disfrutando para celebrar la llegada del potrillo.
—Oh hija—dice el abuelo—tus ojos son azules—mierda dos veces, se me olvido ponerme los lentes de contacto.
—Lentes abuelo—me salva Stavros.
—Pero estos lentes son mas bonitos—hemos pedido todos pastas—aunque el verde de tus ojos es muy lindo, diría que este te queda muy bien.
—Gracias abuelo—respiro con tranquilidad—lo usare mas seguido para vengamos a visitarte.
—Se que no vendrán pronto—bebe un poco de vino, mientras Stavros y yo comemos un poco de pasta—tengo que obligar a mi propio nieto a venir acá.
—Y porque usted no viene con nosotros—no debería de alejarse tanto tiempo de su abuelo—seria un placer tenerlo en la casa—sonríe el abuelo.
—Eres un amor, pero mi vida esta aquí—miro a Stavros que se mantiene callado e ido—todo lo único que esta lejos es mi nieto.
—Sabes que te amo abuelo—toma s