ANDROMACA
—Su amor la mato—limpio mi lagrima, recordar eso duele a pesar de estar pequeñas—murieron en un accidente cuando mi padre conducía ebrio.
—¿Me imagino que su abuela las cuido?
—Exacto—respondo mirando esta vez—es mi vida y lo único bueno que me queda en la vida.
—¿La amas? —sus ojos son hermosos dios mío.
—Mas que a mi vida—libero el aire que se contiene cada vez que me reflejo en sus ojos—nos saco adelante con mucho esfuerzo, ella y mi abuelo, estudie y me prepare para recompensar su esfuerzo.
—Si lo sé—me dice—te investigue antes de presentarme ante ti.
—Psicópata—sonrió.
—No creas si no fuera porque te necesito te hubiese matado ya.
Sus palabras me hacen temblar.
—Prometiste que no me trataría mal—recuerdo el trato al ganarle.
—No lo olvido Andrómaca, son solo confieso uno de los pensamientos que pasaron por mi cabeza cuando supe que Artemisa tenía una hermana.
—Lo siento tanto de verdad—reitero—pero tu abuelo te exige un nieto que no seria capaz de darte, amo los niños—e