Me levanto temprano porque hoy tengo exámenes y no quiero llegar tarde. Me meto a la ducha y luego me pongo la ropa: un jean bota campana y una blusa blanca.
Al bajar buscando a Santiago, me doy cuenta de que no está. Ayer ambos quedamos bastante enojados. Cuando llegamos a casa, él fue directo al despacho y se encerró, así que decidí no seguirle y me fui a dormir. Eso fue todo lo que pasó anoche.
Termino los exámenes y siento cómo se me quita un peso de encima. Estos exámenes sí que me tenían estresada.
—Hey, amiga, ¿cómo te fue en el examen?
—Creo que bien, Lucy, ¿y a ti?
—También. ¿Y con el sexy profesor? —Pongo mala cara y ella entiende—. ¿No han arreglado nada?
—No, ayer estaba furioso porque fui a ese bar, pero hay algo que no te he contado.
—¡Ay, Dios mío! ¿Qué pasó, Mía?
—Ayer me besé con un tipo —ella abre los ojos a más no poder.
—¿¡QUE HICISTE QUÉ!? —Pongo mis manos en su boca porque seguro ya llamó la atención de todos.
—¡Por Dios, Lucy, baja la m*****a voz! ¿Acaso quieres