La sombra de la venganza
Los oficiales se marcharon, dejando a otros agentes vigilando a Alejandro y Adrien. Mientras caminaban por los pasillos del hospital, uno de los agentes se acercó a su superior con el ceño fruncido.
—Jefe, ¿quién cree que es el responsable de este ataque? —preguntó con voz grave.
El superior se detuvo un instante, observando la puerta del quirófano donde Camila luchaba por su vida.
—Mi hipótesis recae sobre Alejandro Ferrer. Quizás, al enterarse de la demanda de divorcio, decidió tomar una medida drástica. Tal vez mandó a alguien a matarla y luego, arrepentido, intentó salvarla.
—Pero jefe, él estaba allí... —insistió el agente, confundido.
—Eso no significa nada. Puede que haya cambiado de opinión al último momento.
—¿Y el otro hombre? —intervino otro oficial—. Era su boda. ¿No cree que él tenga más razones para deshacerse de ella?
El superior suspiró, sin responder de inmediato. Sabía que ambos tenían razones para ser sospechosos.
Mientras tanto, en una lujo