Kamila Stuart
17 de Agosto 2018
Han pasado unos días desde que Emilia volvió a la escuela. Cada día ella va con más ánimos a la escuela y vuelve con un millón de travesuras y anécdotas que me entretienen por casi toda la tarde.
Mattheo apenas pasa en casa por los ataques que ha sufrido, ha perdido mercancía y sobre todo a hombres. Está tenso y frustrado a pesar de que trata de disimularlo.
Últimamente he sentido pequeñas contracciones las cuales indican que cada vez me acerco más a mi fecha de parto y eso me tenía asustada.
—¿Cómo te ha ido el día de hoy?—le pregunto a mi hija cuando la recibo a la salida de su jornada escolar.
—Muy bien mami, con Samantha y Jenny hicimos un baile en el receso y hemos compartido nuestras comidas. A Jenny le habían mandado fresas y chocolate. ¿No es eso muy rico mami?
—Lo es—sonrió mientras caminábamos por el pasillo
—La maestra Livie nos ha enviado deberes a casa—me comenta
—Bueno llegando a casa debemos de hacerlos
—¿Podemos ver una película primero?