El golpe de la verdad aún resonaba en mi estómago, una punzada fría que se mezclaba con la rabia y la decepción. Leonardo, el hombre que me había besado con tanta pasión, el que me había prometido un futuro, era un manipulador, un mentiroso, un cobarde. La revelación de Inés había destrozado cualquier ilusión que pudiera haber albergado, dejando al descubierto la cruel realidad de mi matrimonio.
Me senté en mi escritorio, con la mirada perdida en los documentos, pero mi mente era un torbellino de pensamientos. La amabilidad repentina de Leonardo, su insistencia en ser mi "aprendiz", sus palabras de amor… todo había sido una farsa, una cruel manipulación para asegurar su fortuna. Y yo, estúpidamente, había empezado a creerle.
El recuerdo de las fotos con Verónica, la traición, el dolor… todo volvía con una fuerza abrumadora. Me había dejado engañar, había bajado la guardia, había permitido que él se acercara, que tocara mi corazón. Y él me había pisoteado sin piedad.
Respiré hondo, int