Enzo se sintió como si Diana lo hubieran tirado. Usó la llave para entrar en la habitación.
Diana aún está enojada.
Entró en la habitación y la encontró ya dormida con los ojos hinchados, su almohada estaba mojada.
Enzo entonces supo que Diana había estado llorando. Su corazón se agitó violentamente y se acercó a ella, se sentó a su lado y le acarició el cabello.
—Nuevamente has llorado por mi culpa — Murmura, pero ella arrugó la frente y no se movió. ¿Está dormida? Sabía que ella tiene el sueño ligero. Tal vez no esta noche. Alcanzó el edredón y la cubrió. Se sentó a su lado y quería quedarse allí más tiempo.
De repente, ella gimió dolorosamente y él observó sus expresiones mientras tenía un sueño. Probablemente una pesadilla.
Diana jadeó y abrió los ojos. Enzo le acarició el pelo con cuidado y ella lo miró fijamente.
—¿Qué estás haciendo aquí?— pregunta Diana aún molesta.
—Claro, que velando el bienestar de mi Esposa— le toma la cara y le acarició el cuello con cuidado.
—Enz