Disculpe milady — dijo él, haciendo una reverencia — El doctor Johnson ha venido a visitarla.
Perfecto — respondió con una sonrisa — Mi visita ha llegado. Hágalo pasar Alfred.
En cuanto estuvieron solos de nuevo, Carl no fue capaz de reprimir su maldito impulso y la tomó del brazo.
¡¿Vas a salir con él?! — era más una exclamación que pregunta.
Si — Anastasia asintió con una sonrisa zafándose de sus brazos — Y le tengo un agradecimiento por haber salvado la vida de mi padre y la mía. Lo cual también deberías sentir, ya que si no fuese por él yo estaría muerta y tu carga de conciencia sería muy pesada.
El silencio que se hizo entre ellos fue infernal, la tensión muy fácilmente se podía cortar con una navaja y ese duelo de miradas era una que no pensaban perder uno contra el otro.
El doctor Johnson, milady.
No habían escuchado los pasos que se acercaban a ellos y fue la voz de Alfred que los hizo parpadear, no sabían cuánto tiempo habían estado así.
Milady — Henry Johnson hizo una revere