Al día siguiente, temprano por la mañana en la Comisaría de Flutwell.

Alguien envió una nota.

La nota decía que debido a la ayuda de Kayden, aparte del hecho de que Lilian y Mandy estaban entre rejas, no habían sido maltratadas.

Dicho esto, como las dos seguían siendo familia, Harvey decidió ir a reunirse con ellas.

Harvey firmó unos papeles en la habitación de invitados de la comisaría. Debido a las conexiones de Kayden, la policía no le puso las cosas difíciles a Harvey.

Cuando la policía se fue, dos mujeres en ropa de prisión fueron llevadas a la habitación de invitados.

Mandy, que se estaba quedando atrás, lucía muy miserable; su aura se sentía un poco más distante que antes.

Lilian se puso delante con una mirada pomposa.

“¡Ya te lo dije!”, exclamó ella con arrogancia al entrar en la habitación.

“¡Aunque haya algún problema, la culpa es del decimotercer joven amo!”.

“¡Dile que haré lo que prometí! ¡Le dejaré casarse con mi hija! La mina de oro...”.

Antes de que Lilian pu