85. Muy mal humor
Dicen que el amor que se siente por alguien por alguien puede convertirse en la mayor vulnerabilidad y la mayor fortaleza... la mía era Alexander.
Habían transcurrido cuatro días desde la cirugía. Alejandro y Anastasia solían ir a ver a Alexander con mucha frecuencia durante su estancia en el hospital. Por otro lado, me habia mantenido en el hospital casi todo el tiempo para cuidar a Alexander tomándolo libre del hotel….y aunque no quisiera admitirlo….me gustaba.
Mientras estaba sentada junto a la cama de hospital de Alexander, tenía en mis manos una cuchara con puré de manzana. Era evidente que sus ojos me miraban intensamente, como un lobo observando a un inocente corderito. Si entender porque, senti un ligero ardor en mis mejillas. Alexander descansaba sobre las almohadas con una mirada seductora, su melena oscura desordenada contrasta con la blancura de la cama. Siempre que me sonreía, su expresión tenía el poder de desarmarme por completo.
—Dory, ¿qué sucede? —inquirió con la v