El sol resplandecía con fuerza en el despejado cielo, inundando de calor el parque acuático que habíamos elegido para disfrutar durante el día. Mientras nos dirigíamos hacia la zona de nado con delfines, el sonido alegre de los niños llenaba el ambiente. Caminaba de la mano con Anastasia, que, a pesar de su naturaleza tranquila, mostraba una leve sonrisa, feliz de estar aquí con su hermano y su padre. La pequeña miraba todo con curiosidad, su mano apretando.
—¿Te gusta?
—Claro que sí mami, me encanta un montón. —Mostró una sonrisa llena de felicidad.
Durante estos días habia asimilado lo importante que era Alexander en la vida de Anastasia. Había dejado atrás su habitual timidez y ahora mostraba una actitud más extrovertida. Levantaba la mirada y observaba a Alejandro tirando con entusiasmo de Alexander. Desbordaba de una increíble vitalidad.
—¡Mira, papá, mira! —exclamaba Alejandro mientras señalaba los enormes tanques de agua cristalina.
El entusiasmo que transmitía era tan inspi