Reymond no se ve contento con lo que hago, por lo que, se transforma en lobo para liberar sus feromonas, que a diferencia de los demás lobos si me afecta, pero, no me detengo. A pesar de que mi cuerpo tiembla por sus feromonas, no me permito detenerme.
— Es suficiente, Reymond.— No sabes todo lo que tuve que experimentar para llegar a este momento, así que, no voy a permitir que unos malnacidos que no saben comportarse, arruinen todo mi esfuerzo. — dice Reymond.— Entiendo lo que dices, pero, por favor, detente, me estás dando miedo.— No sería la primera vez que lo sentirías. — dice Reymond girándose para tomar a un hombre lobo que se queja del dolor.— Bien, tienes razón en eso, pero, en lo que si voy a contradecirte es en que haces esto por mí.— ¿Por quién más lo haría si no fuera por ti? ¿Quién fue la to