Se levantó trabajosamente y le dijo ——Mamá, siéntate, por favor——. Con una sola frase, Lola comenzó a llorar aún más fuerte, asintiendo con la cabeza frenéticamente y agradeciendo a Dios. Luego, le insistió a Alina que se sentara.
——…Hoy fuimos al hospital para el control prenatal. Sí, el médico dijo que el bebé está creciendo bien y todo está normal.
Luego, tomó su mano y la miró con avidez, observando su vientre. Preguntó sobre su dieta y su estado de salud habitual, adoptando naturalmente el papel de suegra, sin necesidad de preparación previa.
Al saberlo, Karina no pudo resistirse y también vino en coche.
Con seis meses de embarazo, el vientre de su hija parecía un globo inflado en las fotos, y al verlo temblar al caminar asustaba.
Los hijos son la carne del c