50| Soltar.
Helene apretó la hoja con tanta fuerza que la arrugó, Val movió con esfuerzo el mueble a su lado para sentarse frente a ella y cuando lo hizo se sentó y la miró de frente. Helene pasó saliva.
— ¿De… de qué tenemos qué hablar? — Val la miró con suspicacia.
— Pues de Itsac, cuéntame todos los detalles, ¿Cómo se conocieron?
— Pues, me iba a matar el secuaz de un mafioso y él me salvó — Val asintió, extrañada.
— Entiendo… ¿Y su primer beso?
— Pues, estaba borracho, me besó y luego salió corriendo — Val esta vez sí se rio, pero Helene no entendió qué era lo gracioso.
— ¿Por qué estás tan tensa? — le preguntó la rubia y Helene se encogió de hombros apartándole la mirada. Ni siquiera ella misma sabía ciertamente qué era lo que le pasaba, ya había visto que Itsac y Val no eran más que amigos, pero había pensado que la presencia de la rubia en la vida del piloto era tan significativa que ahora ya no sabía qué sentir.
— Yo… quisiera poder ser honesta contigo — le comentó, Val se acomodó