49| Valentina Vadell.
Uno en la noche por que debían dormir fue una promesa bastante optimista poco realista, Itsac era todo un semental como se había burlado Helene, era insaciable, fuerte y aguantaba como el demonio. Helene nunca había tenido más de un orgasmo por sexo, pero esa noche olvidó las veces que se corrió en las manos o la boca del piloto que parecía experto y muy decidido en darle todo lo que su experiencia le había otorgado.
— Cómo dijo Ricardo Arjona — le comentó Helene en la madrugada mientras le acariciaba los suaves pelitos del pecho — si el pasado te enseñó a besarme así, bendita sea la que estuvo antes de mi — Itsac suspiró.
— ¿No te dan celos las mujeres con las que estuve antes? — Helene negó.
— Eso sería ridículo, además, sin ellas no serías el mejor amante del mundo — Itsac no se rio.
— En cambio yo sí siento celos del que te enseñó a hundirlo hasta la garganta — Helene se rio y lo golpeó en el hombro — y del que te enseño a moverte así cuando estás arriba… ay no, por recordarlo