Luego de aquello, veo que Ana se levanta y toma mi taza de café, sirve una más y regresa a tomar apuntes, ella pone atención en todo lo que le explico. Finalmente, nos acercamos a la mesa de mi sala de juntas, la veo tan ordenada que no quisiera ni tocarla, ella comienza a leerme los títulos de cada documento y yo voy descartando, clasificando y atendiendo todo lo que necesitaba ser atendido, yo solo veo cómo rápidamente llegó la hora de la comida.
Al ser el primer día de trabajo de Ana, prefiero pedir comida hasta la oficina, al llegar esta, estaba a punto de comer directo de los recipientes, cuando noto que ella ha despejado un pedazo de mi mesa, ha puesto los utensilios de comida y ha servido un poco de vino tinto en una copa, ella solo se ha servido agua.
Ese detalle no pasa desapercibido por mí, hace mucho que no hago esto, pero sin decir nada me siento a la mesa y veo cómo ella antes de que yo tome algún recipiente de comida, ella pone los alimentos en mi plato, lo hace una maner