Luego de una larga charla, regreso a mi oficina, me llevo la sorpresa de que el orden que era mi desorden ya está ordenado, siento cómo un sudor frío recorre mi cuerpo, esta niña movió mis documentos y mi desorden, ahora no sabré dónde puso qué. Sin pensarlo, le hablo comenzando a sentir un poco de ansiedad.
- ¡Niña! ¡Ana! ¿Dónde dominios? ¿Cómo demonios…? ¿Qué has hecho? - Digo todo ofuscado.
- ¿Perdón? Solo estaba ordenando un poco su oficina, esta debería ser la oficina ordenada de un CEO y parece la habitación de un adolescente. – Dijo ella sin pelos en la lengua.
- Señorita sarcástica, ¿sí recuerda que hoy es su primer día de trabajo? Cuando la vi en México, usted no era así, usted era muy reservada y no se quejaba de nada.
- Mmm… Pues usted en México no se veía tan complicado y heme aquí, ahora que soy su casi esposa, creo que me puedo ganar el derecho de ordenar esto y hacer algunos cambios.
- ¿Cómo? ¿A qué te refieres de casi esposa?
- Sí, ¿Acaso no ha leído mi contrato?
- ¡Cla