--- Julián Escalona ---
Hoy había sido un largo día en el despacho, solo quería llegar a casa, tomar un trago, bañarme y dormir, no esperaba encontrarme con una escena del tamaño del que me encontré.
Ana y Diego discutiendo, apenas alcancé a llegar cuando el infeliz le soltó una monumental bofetada, mis instintos me afloraron y seré gay, pero eso sí que no lo iba a dejar pasar por alto.
Ya me había cansado de que ese tipejo le hiciera daño, esta no era la primera vez que sucedía, habían sido varias y en todas, yo mismo le pedí a Ana que denunciara, pero ella estaba enamorada, no veía con claridad.
Ahora que ellos dos habían terminado, no veía la razón por la que el idiota viniera y la buscara, mucho menos, que viniera a golpearla. Mi sangre hirvió y, sin pensarlo dos veces, lo golpeé, ¡Demonios! Eso fue gratificante, pero nadie me dijo que eso dolía hasta el último hueso de la mano.
El maldito se largó, supo que no tenía nada que hacer ahí, afortunadamente, porque si se encaprichaba co