DIEGO
—Tienes a Brianna contenta, cuando te fuiste de la fiesta estaba echa una furia —me cuenta Travis, y no podría importarme menos—. Te dijimos que esa tía se iba a hacer ilusiones.
—No es mi problema —replico. Toda esta panda de gente sabe para lo que usaba a Brianna, y ella misma debía saberlo.
Pone los ojos en blanco y le pega una calada a su canuto. Apesta a hierba, no sería la primera vez que nos echan la charla los de seguridad del campus.
—Lo será —dice sin más, y prefiero pasarlo por alto—. ¿Te quedas después de clase a tomar unas cervezas?
—No lo sé.
Quiero recoger a Maggie del instituto y hacer algo juntos, lo que sea. Podría traerla y darle una vuelta por el campus, o aprovechar que Nate trabaja para llevarla a su apartamento y follarla por todas partes.
—¿Por esa tía? No empieces a mariconear. Aunque con lo buena que está no es para menos —dice, y cuando se me cruza por la cabeza empujarle el cigarro por la garganta, se echa a reír—. Sólo te estoy tomando el pelo, tío.