Las primeras horas del día siguiente amanecieron con notificaciones constantes en el teléfono de Céline. Titulares, etiquetas, comentarios. El lanzamiento de CeVive no solo había sido un éxito en presencia, también lo era en impacto mediático.

“Una nueva era para la cosmética emocional: Céline Valtieri presenta CeVive”, decía la portada digital de una de las revistas más influyentes del sector.

“De la ruina al renacimiento: Celine Valtieri regresa con fuerza”, titulaban otros. Incluso algunos canales económicos analizaban cómo la nueva empresa comenzaba a captar inversionistas de alto perfil. Todo indicaba que CéVive había llegado para quedarse.

Pero, como todo renacer, no venía sin sombras.

Clarisse entró en la oficina de Céline con una tablet en la mano y una expresión cuidadosamente neutra. La dejó sobre la mesa sin decir una palabra. La pantalla mostraba un titular de tabloide:

“¿Romance en la cumbre? la viuda Valtieri y un misterioso empresario comparten un momento íntimo tr