CAPÍTULO 51: CONFUSIÓN
Hazel
Corro. No sé hacia dónde ni por qué. Mis piernas parecen moverse por voluntad propia, como si estuvieran conectadas a un instinto que no entiendo. El bosque a mi alrededor se convierte en un borrón de verdes y marrones; los árboles son sombras que se estiran y deforman a medida que avanzo. Estoy jadeando, mi pecho sube y baja con fuerza, el aire parece quemar en mis pulmones. Algo me persigue, o al menos eso siento.
El suelo húmedo resbala bajo mis pies descalzos, pero no me detengo. No puedo detenerme.
De repente, mis piernas fallan, y caigo de rodillas. Mi visión se oscurece. Siento el sabor amargo de la tierra y el frío de las hojas muertas en mi piel antes de que todo desaparezca.
***
Cuando abro los ojos, el sol está alto en el cielo, su luz inunda el lugar donde estoy. El olor a heno y animales llena mis sentidos, y un gruñido bajo de mi estómago me recuerda que estoy viva. Intento moverme, pero mi cuerpo está rígido, adolorido.
Estoy en un granero,