CAPÍTULO 37: DIFERENTE
Hazel
Abro los ojos, despertando de un largo sueño. Al principio me siento desorientada, no sé dónde estoy ni lo que sucedió. Me levanto de golpe y descubro que me encuentro en una enorme habitación, cálida, con amplios ventanales y una vista espectacular hacia la costa de la ciudad.
No tengo idea de dónde estoy, pero después de haber estado tres días encerrada en aquel sótano, este lugar se siente como la libertad.
Me levanto y mis pies descalzos sienten la suavidad de la madera pulida del piso, está tibia y sin quererlo exhalo un suspiro de alivio y relajación. ¿Será que estoy soñando?
Sostengo mi cabeza y entonces los recuerdos llegan a mi memoria. El Beta que quería asesinarme… y luego, su corazón siendo arrancado del pecho con una violencia tan brutal. Pero el hombre lobo que lo hacía me miraba con una dulzura que no encajaba en lo absoluto con ese acto tan atroz.
—Axel —susurro. Repito su nombre, porque es el mismo lobo que ya había visto dos veces. En la