CAPÍTULO 29: CONSPIRACIÓN
Axel
Merodear por los terrenos de Erik Stone sin que se percate de mi presencia ha sido un juego delicioso. Jugar con sus sentidos, camuflar mi aroma tras el de Kelan o incluso el de su propia hermana, ha sido… exquisito. No hay mayor placer que acechar sin que me detecten, ver cómo el gran Alfa se pavonea sin saber que su territorio ha sido invadido.
Pero lo mejor fue acercarme a su preciada portadora, Hazel. La joya de la corona, su tesoro más vulnerable.
El destino tiene un extraño sentido del humor, o quizá sea el karma finalmente equilibrando las cosas. No importa. Mi diversión apenas comienza.
Me levanto del suelo y sacudo las manos, limpiando los restos de sangre que aún quedan en mis garras. Frente a mí, el cadáver de un hombre yace inmóvil, los ojos abiertos en una expresión de puro terror. Justo como me gusta. Su pánico, su último suspiro, fue un regalo.
El bosque está en calma, el aire impregnado del olor metálico de la muerte. Pero entonces lo per