CAPÍTULO 163: SE ACABÓ MI AGONÍA
Rosie
Erik regresa con Kelan, y el aire se me atora en la garganta. Mis piernas tiemblan, mis manos sudan y mi corazón se desboca tan fuerte que parece que va a salirse de mi pecho. Cierro los puños con fuerza intentando contener la avalancha de emociones que amenaza con arrollarme. No sé qué ha decidido Erik, pero lo que sí sé es que no pienso quedarme de brazos cruzados mientras decide por mí otra vez.
Cuando me hace una seña para que me acerque, mi cuerpo reacciona antes de que pueda procesarlo. Me levanto de un salto y camino con firmeza, pero mi interior es un desastre de emociones de miedo, rabia y esperanza. Me detengo a unos pasos de ellos y cruzo los brazos, preparada para pelear con Erik otra vez.
—Si piensas separarnos otra vez, Erik, olvídalo —espetó, con el tono más firme que puedo reunir—. No voy a permitir que nos apartes de nuevo. Lo he perdido una vez y he pasado cada maldit0 día deseando que eso no hubiera pasado. No vas a hacerme pas