86. Desnudando el alma
Andrés corría en dirección a la caseta cuando se encontró con Isabella mascullando palabrotas...
-Mi amor...¿Qué hiciste?
-Viste lo que le hizo ¡le enterró los dientes!
-¡Cálmate! ahora hablamos...
Cuando llegó encontró que Marco y Daniela la habían sentado y lloraba adolorida. Una de las ayudantes de la abuela trajo guantes, compresas y agua tibia que Andrés usó para limpiar la sangre de su rostro; el impacto había generado una herida en el labio superior, sangrado por la nariz y una contusión en la frente.
-Consígame compresas frías, por favor; hay que parar el sangrado y evitar que se inflame más. Hizo unas maniobras y logró para el sangrado nasal y comprobar que no había fracturas, pero necesitaba confirmar con rayos X.
La herida del labio era más interna que externa y necesitaría sutura; el hombro tenía lastimado el manquito rotador por la hiperrotación y estaba muy doloroso, pero las laceraciones en las rodillas y las contusiones en las pantorrillas no eran graves.
Andrés Improv