47. París a sus pies...
Felipe ingresó al salón estilo asiático muy zen decorado en tonos claros y lo invadió una sensación de paz; una mujer de mediana edad, alta, elegante, de hermoso cabello castaño en bucles y con una mirada muy dulce se acercó y lo saludó:
-Hola, Felipe...-y mostró una radiante sonrisa que iluminó sus ojos.
-Soy Sofía, es un placer conocerte y más, saber que eres amigo de David.
-Hola Sofía, el placer es mío
-Acompáñame -lo guió hacia un sofá dipuesto frente a un hermoso jardín de bambúes y lo invitó a sentarse.
-Te noto un poco tenso pero es natural; cierra los ojos y respira profundo...un, dos, tres... -y repitió cinco veces.
-Ahora...ábrelos.
-¿Te sientes mejor?
-Sí, mucho mejor
-Bien, ya estás listo para hablar, te escucho...-y empezó la terapia.
Por su parte, Alejandra estaba frente a la ventana de la lujosa habitación con vista a los Campos Elíseos del hotel-boutique donde se había hospedado. Con su esposo siempre se quedaban en el Ritz pero esta vez quiso probar otra opción...se