— No dejes que la preocupación te atormente, ella no volverá a molestarte. — dice Adrien mientras toma mi mano.
— No es por mí que me inquieto, Adrien — le confieso — es por ti.
Recibo un fugaz beso de sus labios mientras su mirada se clava intensamente en la mía.
— No, amor — niega, sacudiendo la cabeza — ella no es más que una piedra en el zapato.
— Sigue colgada de ti — afirmo.
— Ericka no sabe lo que es el amor, Isa — responde, bajando la voz — Solo le duele que tú y yo hayamos vuelto a encontrarnos y estemos rehaciendo nuestras vidas — termina, agachando la cabeza, acto seguido suspira y me abraza con firmeza. — Entiendo tu preocupación, pero te prometo que estoy completamente comprometido contigo. No hay espacio en mi corazón para nadie más.
Mi mirada se suaviza y acaricio su mejilla.
— No dudo de tu amor por mí, cariño, pero no puedo evitar sentir cierta inseguridad.
Me mira y toma una respiración profunda antes de hablar.
— Debes confiar en mí, superemos esto.
— Sé que tengo q