Nolan.
El rugido de Kael rasgó el aire con una violencia primitiva, como si la luna llena le hubiera arrancado todo rastro de racionalidad. Ya no era nuestro alfa. Dejó de ser Kael cuando la maldita luna llena se asomó en el cielo. Se convirtió en un lobo enloquecido, desbordado de poder debido a su maldición.
No había tiempo que perder.
Corrí por el pasillo junto a los demás, mi voz se alzó por encima del estruendo como un grito.
—¡Marcela, Oliver! ¡Avísenle al pueblo que Kael está fuera de control! —ordené—. ¡Que todos se refugien en los sótanos! Tal como planeamos para una emergencia. ¡Esta es una enorme emergencia!
Oliver entrecerró los ojos, su mandíbula se apretó con fuerza mientras corría.
—¿Y qué harás tú? —preguntó entre dientes—. ¿Piensas enfrentarlo o qué?
Le sonreí, fue una sonrisa más temeraria que segura. En realidad, no sabía cómo demonios iba a contener a Kael sin que me matara…
Yo era consciente de nuestra diferencia de fuerza, y él me ganaba por mucho. No quería n