Capítulo 6.
El frío aire de la montaña me hizo parpadear, por lo que me perdí el momento en el que aquél lobo negro volvió a girar su cabeza.
Una voz espesa y fuerte resonó en el silencio.
-Baja.
Fue como si mis músculos se movieran solos. El poder del comando Alfa era poderoso para aquellos que podían usarlo, pero este Alfa lo llevaba a un nuevo nivel.
Al tocar mis pies la roca debajo de nosotros, él corrió hacia la lateral fuera de mi campo de visión saltando hábilmente entre la accidentada superficie.
Ni siquiera pude agradecerle.
Ninguno de los otros lobos dejó su posición. Era como si se hubieran congelado en el sitio; miedo o respeto, en realidad no era importante.
Miré hacia arriba y ví a Gail intentando bajar cuidadosamente hasta mí.
-Quédate ahí, yo subiré. - Grité antes de cerrar los ojos ante la nueva ola de viento que sopló hacia nosotros.
-¿Qué es lo que Eres? - Preguntó alguien a un costado con curiosidad.
Miré hacia allí y ví a un hombre alto, de pelo negro y osc