Capítulo 16.
Troté ligeramente ignorando a los lobos que pasaba.
-¡Buena suerte!- Dijo divertido Gail cuando pasé junto a nuestra tienda.
Le hice un gesto con la mano sin detenerme.
Llegué a la entrada de la cueva y ya me esperaba el Alfa Supremo. Me miró inexpresivo.
Me incliné y luego le mostré mi cuello.
-Mis disculpas, Alfa Supremo. Lamento haberlo hecho esperar.
Él ignoró mi disculpa y se acercó los pocos pasos que nos separaban. Dió una vuelta a mi al rededor antes de asentir.
-Bien. Tenemos un largo viaje, tendrás que montar sobre mi espalda.
-Si, Alfa Supremo.
Se transformó en lobo y se agachó un poco para que pudiera subir.
Levanté mi vestido por encima de mis caderas y lo monté. Enseguida me sujeté al pelo de sus homoplatos, pero él no se movió.
Gruñó.
-No funcionará, arruinarás tu peinado. - Dijo con voz ronca y oscura. - ¡De!
En segundos teníamos a un lobo a nuestro lado.
-¿Si, Alfa?
-Quítate la camisa y pónsela por la cabeza de tal forma que hagas un tu