Jennifer

El éxtasis explota dentro de mí, la humedad brota entre mis piernas mientras alcanzo la cima absoluta de lo que mi cuerpo puede soportar. Llego al clímax en la mano de Kasyan, consiguiendo por fin lo que anhelé desde el día que lo vi.

Las luces rojas del club me bañan, y siento cada partícula rebotando en mi piel sudorosa.

Kasyan se inclina sobre mí, bloqueando la luz, y me mira a los ojos.

—Ahora estás lista para mí —dice, y es la pura verdad.

—Estoy lista —susurro sin aliento.

Desabrocha su cinturón, baja los pantalones hasta las rodillas y se los quita del todo. Yo sigo en el suelo, mirándolo con asombro mientras su miembro erecto apunta al frente con fiereza.

Parece un rey.

Y lo es.

Rey Kasyan.

Cualquier pensamiento post-orgasmo se desvanece al verlo libre, grueso y orgulloso. Lo mueve sobre mí, exhibiendo su masculinidad mientras yo yazco a sus pies. Me siento ante el hombre más poderoso del universo.

Se agacha, me agarra por debajo de los brazos y me pone de pie. No