Carlos Duque con el semblante lleno de aflicción llegó a casa de la familia Alvarado, acompañado de su esposa, su hermano Joaquín y su cuñada María Paz. Luego de anunciarse con los guardias de seguridad ingresaron a la residencia.
—Buenas noches —saludaron los cuatro.
Alondra, Pau y Andy se encontraban en la sala, luego de haber hablado por teléfono con Arnulfo.
Paula María corrió y abrazó a su suegro.
— Todo es mi culpa. —Su voz se fragmentó—, ellos intercambiaron su vida por la mía —manifestó con profundo dolor.
Carlos abrazó a su nuera, se quedó estático al escucharla.
—No me sorprende, Gabo es un Duque, y nosotros somos capaces de dar la vida por la mujer que amamos —expresó Carlos.
—Mi hijo es muy valiente —manifestó Ely con la voz entrecortada—, va a regresar —auguró suspirando profundo.
—¿Hay alguna noticia? —cuestionó Joaquín.
Alondra se puso de pie y se acercó para recibirlos.
—Están buscándolos, Arnulfo solicitó apoyo a sus amigos, no van a descansar hasta dar con el