Capítulo 43

― ¡Mi Dios, Dylan! ¿Qué te ha pasado? ―le digo toda preocupada, mientras lo tomo por el brazo, ya que está a punto de desmayarse.

Así que lo incorporo en una silla y trato de ver en dónde lo hirieron, pero parece que no es su sangre, sin embargo, noto que tiene algunos moretones en su cuerpo.

― ¡Sheldon, ven por favor, es Dylan! ―le grito desesperada y este viene solícito.

―Pero ¡qué demonios, Dylan! ―dice algo turbado y entre ambos tratamos de llevarlo a la habitación.

― ¡No, tú no! ―me grita esta vez―tú me llevarás allá y luego te largarás para el despacho y me dejarás solo―me acusa y yo trato de respirar profundo.

―Por supuesto que me quedaré, Dylan―le digo y trago en seco―sigues siendo mi esposo, estés borracho o no―le aseguro y él me mira con las cejas arqueadas, como cuando un perrito te ve, porque está demandando tu amor.

― ¿Y te dormirás abrazada a mí? ―me dice y yo no puedo evitar reírme―porque yo te amo, corazón, sabes que es cierto―me reitera y yo pongo los ojos en blanco.

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