Sally se sintió atrapada en su propia vida, y a la vez, se sintió un poco tonta por sentirse de ese modo. Había conseguido todo lo que una vez deseó, independencia económica, reconocimiento, una vida propia, y cargada de días emocionantes, y sobre todo, respeto por parte de sus compañeros de trabajo, que se habían convertido también en sus amigos.
Ella no había esperado tantas cosas buenas después de la humillación pública a la que Marlon la sometió, pero por fin podía considerar que había reconstruido su vida, y había salido fortalecida de la ruptura del matrimonio.
Ese día, que había sido particularmente duro, pues había tenido que dar cinco clases de pilates, y dos de yoga, se sentía agotada.
- Sally.- dijo Kate.- ¿nos acompañas a tomar una cerveza al bar de aquí enfrente?